Desde luego que tanta ética y parlamento que rezuma este telepredicador llamado Sánchez Dragó tenía que reventar por algún lado. Me imagino que la sumisión, o apertura de ojete, que este hombre mostró ante Ana Botella, como si de un cura con un obispo se tratara, hizo que algún trabajador de Telemadrid, con vergüenza ajena de lo que estaba ocurriendo en plató antes de que comenzará la misa Dragoniana, grabara y filtrara a la red la verdadera cara de este hombre que cuenta como chanza a su ruborizada diosa, «La Botella», que él no ha sido el autor de su último libro, sino que mediante el «Método Quintana» ha tenido su propio negro que redactara su tocho anual. Por otro lado ve a Dona Ana como Alcaldesa de Madrid además de otras lindezas para con su jefe José María.
¡Vaya ejemplo de respeto a sus lectores el de este seguidor del «Método Quintana»!
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